martes, mayo 10, 2005

Infidelidad

Recuerdo las ansias que sentía sólo de tenerlo cerca y lo mucho que me provocaba. En ese momento no me importaba si estaba bien o mal, yo quería tenerlo, no importó que hubiera alguien entre nosotros y qué sentiría.

La relación inició como un juego y poco a poco fuimos abriéndonos con el otro, nos contamos nuestras intimidades, nuestros deseos y esa familiaridad se convirtió en deseo después de algún tiempo. Un día, simplemente nos lo planteamos ¿qué tal se sentiría ser infieles, a qué sabe una piel que no te pertenece? Una vez (medio) pensadas las consecuencias, decidimos arreglar un encuentro. Las primeras veces moría de nervios pero pasado algún tiempo se me hizo natural y nos relajamos.

Si, me sentía sola en ese momento y más que sola me sentía traicionada. ¿Cómo es posible que me dejara sola si prometió amarme y que siempre estaríamos juntos? Mi rabia por el engaño se tornó en sórdida y malsana atracción por alguien más. En un momento llegué a pensar que estaba enamorada, como si mi psique buscara justificar la entrega a una persona que no era mi esposo con enamoramiento.

Aún puedo sentir la electricidad que me provocaba el toque de sus manos, su cuerpo a mi lado y todas esas cosas que nos decíamos. En algún punto ambos nos utilizábamos: él para experimentarme y yo para ocultar mi soledad. Él para sumarme a su lista de conquistas y yo… yo para sentirme amada, para disfrutar el ser conquistada.

No duró mucho. Llegó un momento en que mi conciencia no soportó que mi libido mandara. Nos despedimos para siempre y han pasado años desde eso; hay veces en que todavía puedo sentir sus manos en mi cuerpo en algún sueño.

8 comentarios:

Dra. Kleine dijo...

wuoooooooooooo!
En algún momento de nuestras vidas siempre sentimos la búsqueda incesante por algo nuevo, por un sentir, por buscarnos chispas nuevas... sin embargo, dada la neurona conductora de nuestro sentir, comparamos y no dejamos lo más por lo menos y volvemos con quien nos tiene siempre algo mejor. Aunque aquello que dejamos en esa barca nos gustara como un caramelo a un niño... de tanto comerlo nos podemos picar las muelas!

Freddy dijo...

me gustó la movie Infidelidad; tiene mucha sensualidad y cachondeo. Y muchas veces siento esas sensaciones al andar de loquillo; hasta un cachondo beso prohibido sabe diferente. Muchas veces estas relaciones ayudan a sobrellevar el matrimonio...saludos y un cachondo beso para ti.....oye; no me gustó tu post de ayer....nuestras escasas charlas en msn están mejores....o no?????

AndreaLP dijo...

Kleine, tienes razón. Al final la relación no soportó (o no era lo suficietemente fuerte) y nos divorciamos.

Mario, mil gracias!!! Y si quieres podemos vernos cuando coincidamos en el DF. Yo voy este sábado al Chopo, gustas?? :-)

Adorado y lascivo Zurdo, gracias por la critica al post de ayer, jeje. Besos también... pero no de esos cochinotes!

Anónimo dijo...

Hola Andrea felicidades por el dia de las mamas. Que grueso eso de la fidelidad y la infidelidad. A mis amigos los solteros les digo que es mucho mas dificil de lo que se imaginan. Creo que todo esta en saber exactamente que quieres en la vida. SALUDOS

gabo dijo...

No sé donde vi que el ser humano por naturaleza es infiel. Que loco ¿no?

Alfredo Mora dijo...

"En algún punto ambos nos utilizábamos: él para experimentarme y yo para ocultar mi soledad. Él para sumarme a su lista de conquistas y yo… yo para sentirme amada, para disfrutar el ser conquistada"

Extraordinario¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

AndreaLP dijo...

Eco, exactamente, la fidelidad o infidelidad radica en saber qué quieres en la vida. Actualmente ya me porto siempre bien. :-D

Mario, si, eso es lo que dicen pero yo creo que es cuestión de inteligencia emocional.

Anthre, gracias! ;-)

Anónimo dijo...

Tengo un problema con la infidelidad, al punto tal que no puedo ver pelis como "Propuesta Indecente", "Infidelidad" o "Los puentes de Madison".
Nunca he sido infiel, la vez que más cerca estuve me descompuse del estómago cuando tenia que besarla.
He sufrido por infidelidades, sobre todo cuando mi confianza en la otra parte era absoluta.
Aprendí a no confiar totalmente, y eso no me hace gracia alguna.
Cómo podemos amar si no confiamos?