viernes, febrero 11, 2011

Más felices, menos quejosos.

En la vida todos tenemos dos opciones: O tratamos de pasarla bien y sorteamos las dificultades o nos hacemos las cosas más difíciles con una mala actitud. Yo prefiero la primera opción, por salud mental.

No niego que me quejo, y a veces de cosas por las que no debería, pero tiendo más a dar gracias por las múltiples bendiciones con las que vivo. ¿Cómo cuáles? Por principio de cuentas mi familia tiene salud, alimento, techo y cariño. Mis hijos no padecen alguna discapacidad y aunque a veces desearía que dieran menos lata me alegra ver que no paran. Primera y gran bendición.

Otra palomita en mi existencia es mi pareja: Si bien no es perfecto (¿Y quién sí?) me complementa en muchísimos sentidos, me apoya, me soporta, me divierte y se sumerge continuamente en mis múltiples locuras y aventuras. Si no estuviera a mi lado honestamente no sé qué sería de mi vida pues cuando él apareció me dio la calma y estabilidad que necesitaba. Han sido 12 años de subidas y bajadas pero más cuesta arriba que cuesta abajo y eso no tengo cómo agradecérselo… bueno, sí, pero eso es privado. ;-p

La otra cosa que agradezco es mi familia en general: loca como una cabra pero amorosa y siempre dispuesta.

Esto no es una invitación a no quejarse ni pretende ser un mensaje motivador, simplemente es un llamado para que disfrutes de lo mucho bueno que tienes en tu vida sin importar que haya tropiezos. Estos son un pretexto para levantarnos con más bríos.

2 comentarios:

pez dijo...

bueno, yo soy perfecto, y aún así me quejo

dicen que el quejarse sin acción solo conduce a la desesperanza

yo digo que les pidamos prestados a los tunecinos y a los egipcios, unos cuantos millones de huevos, a ver si así nos cambia la situación

FENIX dijo...

Esto es lo mas sano como bien dices, solo que a veces es muy dificil lograrlo. Sin embargo en mi caso ahi vamos aprendiendo.
te envié un mail carnalita, espero le puedas echar un ojo.

abrazos.