miércoles, junio 17, 2009

Mudanzas... de ánimo y de ambiente.

Ya tengo viviendo en mi casa (sí, es mía... aunque todavía no la haya acabado de pagar) unos 6 años. Y curiosamente, me ha entrado la onda ésa de querer experimentar el olor a pintura y a vacío de cuando te mudas a un nuevo hogar. Y no es que no me guste mi casa, de hecho la disfruto mucho y no termino de hacerle arreglos, pero siempre he sido como gitana errante y no había durado mucho tiempo en la misma casa/departamento/buhardilla así que ésa sensación de estrenar vivienda me está dando vueltas en la cabeza.
Cuando niña, vivía un año con mi papá, uno con mi mamá, y constantemente nos mudábamos en base a las necesidades de sus empleos (o desempleos) y así conocí buena parte del sur del DF, SLP y algunas otras latitudes. Luego me emparejé y duramos unos años en la misma casa pero constantemente movía y cambiaba muebles. Luego me fui a Celaya, regresé al DF, me mudé una vez más y luego me volví a emparejar viviendo en un micro departamento en la Narvarte durante 6 meses. Luego me fui a C. Izcalli y de ahí a Toluca con dos mudanzas así que siempre he andado de un sitio a otro.

El caso es que me acostumbré a las constantes mudanzas, al olor a pintura en cada cambio, al reacomodo familiar según sea el caso y la emoción de descubrir un nuevo vecindario. También extraño las sombras en la pared que dibujan los añejos árboles. Por otro lado, lo que me encanta de mi vecindario es que hay de todo: desde el vecino emprendedor que inicia un negocio desde casa, multitud de ofertas culinarias, farmacia, médicos, servicios y transporte a todo el pueblo. Además de que en mi calle no se escuchan autos ni hay mucho movimiento.
¿Organizaré mudanza o sólo requeriré pintura para toda la casa? Lo que sí, es que me urge una limpieza general para deshacernos de todas ésas cosas que ya no usamos y que pueden serle útiles a alguien más. Luego de eso, la pintura. Quizá es lo que necesito para mejorar mi ánimo.

4 comentarios:

Juan de Lobos dijo...

Así como he conocido gente que se enraiza en una colonia, en la cual los hijos viven a dos cuadras de los abuelos y los papás, también comprend tu sentimiento de beduina.
Yo me la he pasado de un lado para otro y es maravilloso el aprender, desde las calles y sonidos de la nueva colonia, como los recovecos de las nuevas habitaciones.
Besos y aullidos para ti.

P.S. También hartos, hartísimos sueños. Ya me hace falta...

Özer dijo...

Yo soy de las que le teme a las mudanzas, pero entiendo tus ansias de cambio. Llégale a la pintura, al cambio de muebles (las cubiertas para sofá y los cojines son geniales para cambios rápidos y económicos), córtate el pelo, compra en otro súper... en fin, cuando la depre ataca, lo mejor es moverse. ¡Saludos!

pez dijo...

sí hay algo que odio es mudarme. siempre pierdo cosas.

además ya viajé lo suficiente. en mis años mozos me la pasé en movimiento. conocí el norte, el sur, el oriente y el poniente, ah, y el centro



....................



de la ciudad de méxico, jajaja

AndreaLP dijo...

Lobo: En efecto, soy beduina. Ya estoy viendo qué hacer para darle vuelta al asunto.

Özer: ¿Porqué temor a la mudanza? Todo cambio siempre trae algo nuevo. Luego les contaré qué hice.

Pez: Creo que no hay mudanzas en las que no se pierdan cosas, pero yo ya me acostumbré.

Gracias por sus comentarios.