martes, marzo 10, 2009

El caso de Florence Cassez.

Con la visita a México del presidente francés, Nicolás Sarkozy, se levantó ámpula por la solicitud de extradición de la ciudadana francesa que cumple una sentencia de 60 años de cárcel por el delito de secuestro en agravio de una familia de 3 miembros y un amigo a quienes mantuvieron incomunicados por varios meses en un rancho ubicado en la carretera México-Cuernavaca.
En las leyes mexicanas se contempla el Tratado de Estrasburgo, por medio del cual podría ser transferida a su país de origen para cumplir su sentencia. Se ha creado una comisión para deliberar cuál será el futuro a nivel legal de Florence Cassez pues se han dado otros casos de extradición en los que se ha liberado a los delincuentes en su país. Si tal tratado se llevara a cabo a carta cabal, muchísimos mexicanos que están encarcelados en otros países (EU, mayoritariamente) tendrían que ser trasladados a México, sin embargo, muchos traficantes, secuestradores y asesinos detenidos en México y siendo mexicanos, han sido entregados a las autoridades estadounidenses para ser juzgados y purgar su condena en aquél país. O todos coludos, o todos rabones.
Una de las víctimas de Florence Cassez, Cristina Ríos, ha publicado una carta al respecto en diversos medios y ha solicitado se reproduzca para que no se haga lucir a Cassez como víctima, sino como victimario.

A la opinión pública:
Mi nombre es Cristina Ríos Valladares y fui víctima de un secuestro, junto con mi esposo Raúl (liberado a las horas siguientes para conseguir el rescate) y mi hijo de entonces 11 años de edad. Desde ese día nuestra vida cambió totalmente. Hoy padecemos un exilio forzado por el miedo y la inseguridad. Mi familia está rota. Es indescriptible lo que mi hijo y yo vivimos del 19 de octubre del 2005 al 9 de diciembre del mismo año. Fueron 52 días de cautiverio en el que fui víctima de abuso sexual y, los tres, de tortura sicológica.

El 9 de diciembre fuimos liberados en un operativo de la Agencia Federal de Investigación (AFI). Acusados de nuestro secuestro fueron detenidos Israel Vallarta y Florence Cassez, esta última de origen francés, quien ahora se presenta como víctima de mi caso y no como cómplice del mismo.

Desde nuestra liberación mi familia y yo vivimos en el extranjero. No podemos regresar por miedo, pues el resto de la banda de secuestradores no ha sido detenida. Hasta nuestro refugio, pues no se puede llamar hogar a un lugar en el que hemos sido forzados (por la inseguridad) a vivir, nos llega la noticia de la sentencia de 96 años a la que ha sido merecedora Florence Cassez, la misma mujer cuya voz escuché innumerables ocasiones durante mi cautiverio, la misma voz de origen francés que me taladra hasta hoy los oídos, la misma voz que mi hijo reconoce como la de la mujer que le sacó sangre para enviarla a mi esposo, junto a una oreja que le harían creer que pertenecía al niño.

Ahora escucho que Florence clama justicia y grita su inocencia. Y yo en sus gritos escucho la voz de la mujer que, celosa e iracunda, gritó a Israel Vallarta, su novio y líder de la banda, que si volvía a meterse conmigo (entró sorpresivamente al cuarto y vio cuando me vejaba) se desquitaría en mi persona.
Florence narra el “calvario” de la cárcel, pero desde el penal ve a su familia, hace llamadas telefónicas, concede entrevistas de prensa y no teme cada segundo por su vida. No detallaré lo que es el verdadero infierno, es decir, el secuestro. Ni mi familia ni yo tenemos ánimo ni fuerzas para hacer una campaña mediática, diplomática y política (como la que ella y su familia están realizando) para lograr que el gobierno francés y la prensa nacional e internacional escuchen la otra versión, es decir, la palabra de las víctimas de la banda a la que pertenece la señora Cassez.

Pero no deja de estremecernos la idea de que Florence, una secuestradora y no sólo novia de un secuestrador (con el que vivía en el mismo rancho y durante el mismo tiempo en el que permanecimos mi hijo y yo en cautiverio) ahora aparezca como víctima y luche para que se modifique su sentencia. Si lo logra o no, ya no nos corresponde a nosotros, aunque no deja de lastimarnos.
Esta carta es sólo un desahogo. El caso está en las manos de la justicia mexicana. No volveremos a hacer nada público ni daremos entrevistas de prensa ni de cualquier otra índole (nuestra indignación nos ha llevado a conceder algunas), pues nuestra energía está y estará puesta en cuidar la integridad de la familia y en recuperarnos del daño que nos hicieron. El nuevo vigor que cobró la interpelación de la sentenciada y el ruido mediático a su alrededor vuelve a ponernos en riesgo.

Gracias por su atención.
Cristina Ríos Valladares

Una opinión respecto al caso, añade que hay múltiples pruebas que incriminan a Cassez, sino como secuestradora, al menos sí como cómplice.

Usted saque sus propias conclusiones.

6 comentarios:

Exenio dijo...

"Tanto peca el que mata la vaca, como quien le agarra la pata"


Ora resulta que si somos feos y morenos, sEmos culpables... yaaa...

violador de papantla dijo...

tan culpable como guapa !
ni modo, que se le puede hacer,
Muy diferente a lo que sele quiere hacer, jajaja !!
perdòn esto era serio ?

un beso !

Nube Gorda dijo...

Q grueso caso, sólo espero q si la justicia existe, sea el mismo universo el que se encargue de castigar sus delitos o de exhonerarla de los mismos.

Salu2 y bsuchos

Anónimo dijo...

Me niego a aceptar que alguien pretenda declararle inocente cuando hay quien la señala, igualmente en este pais llamado mexico seguro habrá una manera de la cual la exoneren, la manden para su casa como si nada...
me niego a pensar que pase eso... aunque si de credibilidades se trata supongo que Felipe Calderón se tendria que morder la lengua si tanto vocifera andar luchando contra los criminales.

ya de por si estamos plagados y cundidos de secuestradores como para que vengan de importación.

faltaba mas...

por mi que se quede encerrada aun cuando tenga que pagar impuestos para mantener una lacra mas.

Anónimo dijo...

Desde luego no estoy de acuerdo con que México la envíe de regreso a Francia. Sólo una precisión: en derecho internacional traslado y extradición son términos diferentes. En este caso, se trata de aplicar el Convenio sobre Traslado de Personas condenadas. Y se aplica sólo a petición del reo, del país que juzgó o del que es originario el delincuente. Por eso México no se puede traer a todos los mexicanos que purgan sentencias en el extranjero.

Además el Convenio está sujeto a que el Estado que condenó al preso esté de acuerdo, por eso México debe ejercer esa prerrogativa.

Saludos.

Anónimo dijo...

Thanks :)
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