Multitud de encuestas y estudios revelan que el dinero no hace la felicidad pero ¿será cierto? Problablemente no está relacionado con el hecho de tener una familia, trabajo, amor o fe, pero definitivamente interfiere con todo esto de un modo u otro.
Todos los días nos bombardean con mensajes que prometen felicidad a cambio de comprar una revolucionaria crema anti-edad, un dvd de Yoga, el más moderno sistema de audio o un tiempo compartido en aquella paradisiaca playa pero ¿realmente esas cosas nos hacen felices o simplemente nos hacen sentir menos infelices?
La cuestión es ¿Cómo aprender a ser feliz? ¿Se nace con ello? Tienen que ver muchísimos factores y no es casualidad que incluso se tienen que cursar estudios para tal fin. Ben Shahar, profesor de ésta materia en Harvard comenta al respecto: “La felicidad no se trata de llegar a la cima de la montaña ni de deambular alrededor de la montaña: la felicidad es la experiencia de escalar hasta la cima” (frase que por cierto, me recuerda ésa que dice “La vida no es un destino, sino todo un viaje”, pero ése es otro tema). Para esto cuentan la empatía, la motivación, la auto-estima, nuestra situación particular, los valores que se nos hayan inculcado y hasta la percepción de la felicidad que tiene la gente en nuestro entorno.
Yo personalmente me sorprendo por la cantidad de personas que parecen tenerlo todo y que a pesar de ello siempre están sumidos en pensamientos auto-destructivos y no valoran todo lo que les ha sido dado (u obtenido, según sea el caso).
A mí me hace falta un auto nuevo que no contamine, que no haya niños pidiendo dinero en los semáforos, más dinero para gastar en ropa, salidas, libros, películas y pendejadas de ésas, más sexo, terminar de pagar mi casa, que mi hija madure y se ponga a estudiar, que no se me enfermen los críos, que mis perros aprendan a abrir y cerrar la puerta del patio, no encontrarme animales abandonados, jamás hacer un inventario, que se acaben los políticos y sus negros enjuagues, que mi familia y yo no padezcamos ningún mal físico, un pase gratuito al cine de por vida y una membresía gratuita para visitar museos en todo el mundo. Claro que esto con pasaje, hospedaje y alimentos incluidos.
Después de eso, ya podré empezar a ser feliz. ¡Ja!
¿Ah, verdad? La realidad es que yo ya me siento feliz. Después de todo ser feliz es una decisión personal, no? Pero ash, ¡cómo odio necesitar del dinero para ayudarme a ser más feliz! Me acordé de una frase de María Félix: "El dinero no es la felicidad... ¡pero ah, cómo quita los nervios!"
Todos los días nos bombardean con mensajes que prometen felicidad a cambio de comprar una revolucionaria crema anti-edad, un dvd de Yoga, el más moderno sistema de audio o un tiempo compartido en aquella paradisiaca playa pero ¿realmente esas cosas nos hacen felices o simplemente nos hacen sentir menos infelices?
La cuestión es ¿Cómo aprender a ser feliz? ¿Se nace con ello? Tienen que ver muchísimos factores y no es casualidad que incluso se tienen que cursar estudios para tal fin. Ben Shahar, profesor de ésta materia en Harvard comenta al respecto: “La felicidad no se trata de llegar a la cima de la montaña ni de deambular alrededor de la montaña: la felicidad es la experiencia de escalar hasta la cima” (frase que por cierto, me recuerda ésa que dice “La vida no es un destino, sino todo un viaje”, pero ése es otro tema). Para esto cuentan la empatía, la motivación, la auto-estima, nuestra situación particular, los valores que se nos hayan inculcado y hasta la percepción de la felicidad que tiene la gente en nuestro entorno.
Yo personalmente me sorprendo por la cantidad de personas que parecen tenerlo todo y que a pesar de ello siempre están sumidos en pensamientos auto-destructivos y no valoran todo lo que les ha sido dado (u obtenido, según sea el caso).
A mí me hace falta un auto nuevo que no contamine, que no haya niños pidiendo dinero en los semáforos, más dinero para gastar en ropa, salidas, libros, películas y pendejadas de ésas, más sexo, terminar de pagar mi casa, que mi hija madure y se ponga a estudiar, que no se me enfermen los críos, que mis perros aprendan a abrir y cerrar la puerta del patio, no encontrarme animales abandonados, jamás hacer un inventario, que se acaben los políticos y sus negros enjuagues, que mi familia y yo no padezcamos ningún mal físico, un pase gratuito al cine de por vida y una membresía gratuita para visitar museos en todo el mundo. Claro que esto con pasaje, hospedaje y alimentos incluidos.
Después de eso, ya podré empezar a ser feliz. ¡Ja!
¿Ah, verdad? La realidad es que yo ya me siento feliz. Después de todo ser feliz es una decisión personal, no? Pero ash, ¡cómo odio necesitar del dinero para ayudarme a ser más feliz! Me acordé de una frase de María Félix: "El dinero no es la felicidad... ¡pero ah, cómo quita los nervios!"
P.D: Este blog hace algunos días cumplió 5 años. No cabe duda que el tiempo pasa volando.
9 comentarios:
querida, el dinero no hace la felicidad... la compra hecha y con accesorios xD
existe un mejor mundo, pero es carísimo vivir ahí
en fin, yo no creo en "ser feliz", desde hace años me conformo con simplemente ser, navegar entre la desesperación, la desdicha y segundos de algo que veo como paz xD
Còmulgo integramente con tu apreciaciòn,
Steve god, quiero decir Steve Jobs dijo
"El Exito y la felicidad son el càmino" creo que finalmente eso de la felicidad es un asunto de uno,
pero para mayor referEncia sobre este asunto, recuerda la pelicula
"Al diablo con el diablo" Bedazzled, la comedia es torpe a veces ñoña, pero tiene un significado positivo cuando hablas del dinero y de la felicidad...
Te los dice el màs feliz de los jodi2 !
beso !
yo concuerdo con Alletta
y no concuerdo con aquellos que hablan de temas sobre los cuales no tienen ninguna experiencia, por ejemplo, un soltero diciendo que si estuviera casado sería así y asado. Que se case y después opine.
claro, que en el tema de la felicidad, todos podemos opinar, jaja. hasta los infelices que se cortan las venas con galletas de animalitos
Una lana no le cae mal a nadie, la cosa es cómo la gastas. He visto a gente privarse duranet años de muchas cosas con tal de obtener algún bien material.
Y cuando lo tienen incluso se quedan resentidos con el objeto. Somos extraños los seres humanos.
De la felicidad, como te comenté en algún entrada anterior además de ser personal es en mi caso momentanea, o sea, se da por momentos, como decía una cadena de internet, de momentos que te quitan el aliento.
Besos para hacer idém.
Aullidos para ti.
P.D. Aprendo a controlar mis sueños y a soñar lo que deseo.
...
¡Bah!
La felicidad eterna no existe.
Perdón pero eso de ser feliz es una decisión personal, me suena a: "Hoy soy feliz y sonrío" la gente me lo cree y yo pues...
Nel, yo no podría decirle eso a un se humano con conflictos económicos, sin trabajo, enfermo y con tres hijos que mantener. Mínimo me la mienta jejeje.
Que exista gente que tiene lana a montones y no es feliz, y deducir que el dinero no hace la felicidad, es una visión corta.
El dinero es necesario, para un porcentaje importante de nuestras necesidades.
Los ascetas y budistas vendrán a echarme choro, me dirán que es necesario pero no impresindible, pero eso es harina de otro costal.
Un saludo Andy.
Mafalda
Yo digo que, lamentablemente, en nuestro mundote capitalista, el dinero sí hace la felicidad. ¿Cómo va a ser feliz una persona que no tiene para una vivienda, para alimentar a sus hijos, para medicinas, para estudiar? En donde vivimos el dinero compra la tranquilidad, y si uno está tranquilo es más fácil que sea feliz. Es triste, pero para casi todas las personas es lo más importante porque es inevitable.
Aunque, aunque. La felicidad es efímera. Yo digo que la verdadera felicidad es haber llegado alguna vez a conocerla. Argh, podría escribir y escribir y no llegar a ningún lado. Mejor me regreso a mi blog, jajaja. Saludos.
Aunque, una vez más. Yo preferiría ser triste y libre, a ser feliz y esclavizada. Como en Un mundo feliz. ¿Lo leíste?
Alleta: Definitivamente la felicidad absoluta no existe, pero podemos darnos por bien servidos con los privilegios de los que gozamos.
Vaio: Ya somos dos jodidos pero contentos.
Pez: Todos opinamos de cosas que desconocemos, pero de las que creemos tener una opinión, así es esto.
Mafaldita: Obviamente el sentimiento éste no es eterno, pero puedo darme por bien servida si lo experimento seguido.
Zombie: Recuerdo haber leído ése libro en la prepa y me produjo un sentimiento de desencanto con la vida... Pero me duró poco: tiendo a ser más idealista que el méndigo Calderón!
Publicar un comentario