Rojo

Ese día todos hicieron comentarios acerca de mi vestuario. Les cayó de extraño verme con vestido rojo estilo chino , cuando lo normal es que use pantalones… y no uso vestidos porque no me gusten, más bien es por comodidad: se imaginan cómo me vería subiendo las escaleras a mil y con el vestido arrugado hasta casi la cintura?? No lo creo!

Me encantan los vestido muy femeninos con detalles especiales y hace poco ví uno en el barrio chino que me dejo estupefacta: era de un color rojo sangre (se nota que me gusta mucho este color?) con unos bordados espectaculares de hojas en hilo de seda entre dorados y rojos. Me bastó una sola mirada para enamorarme así que solicité uno en mi talla y me lo probé. Me encantó como lucía y lo bien que me veía en él, disimulaba mis defectos y hasta me veía delgada pero… ¡oh, decepción! La prenda costaba casi dos mil devaluados pesos, que se justifican perfectamente con el bello trabajo que tenía, pero que mi bolsillo no toleraría, y es que esos lujitos sólo me los doy cuándo mis finanzas andan bollantes o cuando me invitan a un evento de postín y para mi desgracia, no era el caso.

Tiempo después encontré a un precio mucho más accesible el vestido que causó controversia por acá y me lo compre, pues qué! ¡¡Aaaahhh… pero el día que cuente entre mis posesiones dos mil pesos extras o me inviten a una boda, XV años, bautizo u lo que sea del jet-set, acudiré nuevamente al barrio chino para hacerme del bello objeto de mi deseo!! Quizá hasta me hagan una rebajita y me alcance para comprar una blusa del mismo estilo con detalles en azul, verde y por supuesto, rojo.